A pesar de las constantes quejas de la población, el Gobierno cubano dejó claro ayer que no eliminará el polémico gravamen del 10% que aplica a los dólares estadounidenses que se depositan en efectivo en las cuentas bancarias, a los que llegan a través de las Western Union y a las compras de esta moneda a través de las conocidas Casas de Cambio (CADECA).
Según explicó el ministro de Economía de Cuba, Alejandro Gil Fernández, el régimen no puede eliminar esta penalidad al dólar en efectivo por culpa del «férreo bloqueo» que mantiene Estados Unidos impide que el país pueda utilizar el dólar en transacciones internacionales.
«El culpable de que exista ese gravamen sobre el dólar es Estados Unidos, es el bloqueo (embargo) de Estados Unidos, que nos impide usar esta moneda en las transacciones internacionales», aseguró Gil Fernández.
Sin embargo, la justificación dada por el vicepresidente primero del Banco Central (BCC), Francisco Mayobre Lence, ha sido completamente distinta.
«Es el peor momento para tomar alguna medida encaminada a eliminar el gravamen, cuyo objetivo es tener una fuente adicional de recursos, porque ante el entorpecimiento de las relaciones bancarias aumentan los gastos y riesgos en esa actividad», reveló el funcionario, dejando claro que el Gobierno ve lo recaudado por la aplicación del gravamen como un negocio que deja grandes sumas de dinero en sus arcas estatales.
De igual manera se reconoció que el país ha presentado problemas desde comienzos de año con la disposición de efectivo en dólares en los bancos.
«Nuestros bancos no tienen reservas en divisas y, en ocasiones, el monto de las operaciones en dólares ha sobrepasado las existencias de las sucursales, pero esa situación se ha ido normalizando», explicó el directivo bancario.
Las condiciones que originaron la aplicación del gravamen no han cambiado, sino que se han venido enrareciendo y ahora están en su momento más agudo, dijo el vicepresidente del BCC.
